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Entrada 1 – Día 0 (captura de la reina)
El 2 de junio, tras una tarde cálida, encontré una reina de Lasius niger caminando sobre la acera después de un vuelo nupcial. La capturé con cuidado y la coloqué en un tubo de ensayo clásico con agua y algodón. Lo tapé con cartulina negra para darle oscuridad.
Entrada 2 – Día 15
La reina había puesto un pequeño grupo de huevos. Como esta especie es claustral, decidí no alimentarla y dejar que utilizara sus reservas. Se mantenía muy tranquila, apenas moviéndose.
Entrada 3 – Día 30
Los huevos se transformaron en larvas. Algunas eran muy pequeñas, pero ya se veía movimiento. La reina parecía más activa, recolocando a las larvas en zonas húmedas del algodón.
Entrada 4 – Día 45 (primeras naníticas)
Nacieron dos obreras naníticas. Son diminutas y torpes, pero fue emocionante verlas alimentarse por primera vez. Les puse una gota de aguamiel en papel de aluminio y la consumieron enseguida.
Entrada 5 – Día 60
La colonia ya tenía 8 obreras. Empezaron a cuidar de los huevos y larvas con más eficiencia. Ahora sí introduje pequeñas presas: mosquitas y trozos de tenebrio. La aceptación fue buena y la reina parecía más relajada.
Entrada 6 – Día 100 (primer traslado a hormiguero pequeño)
Con unas 20 obreras, decidí conectar el tubo a un pequeño hormiguero acrílico con zona de forrajeo. En pocas horas hicieron la mudanza. Fue sorprendente cómo organizaron rápidamente la zona de cría en la parte más húmeda.
Entrada 7 – Día 150
La colonia rondaba las 50 obreras. Su organización interna era impecable: algunas se dedicaban a la cría, otras a explorar la zona de forrajeo. Les ofrecía agua con azúcar de forma continua y un par de insectos por semana.
Entrada 8 – Día 200
Ya superaban las 100 obreras. Lo interesante fue ver cómo establecieron un “basurero” dentro del área de forrajeo. Incluso retiraban restos de insectos y semillas hacia un rincón fijo.
Entrada 9 – Día 300
La colonia había crecido hasta unas 250 obreras. El espacio comenzaba a quedarse pequeño, así que conecté otro módulo. Lo aceptaron enseguida, trasladando parte de la cría a la nueva zona.
Entrada 10 – Día 365 (primer aniversario)
Un año después, la colonia ya alcanzaba más de 400 obreras. Son extremadamente fáciles de cuidar, resistentes y voraces. Se adaptan muy bien a distintos alimentos y siempre muestran actividad en la zona de forrajeo.
Reflexión final (a modo de cierre del año 1)
Criar Lasius niger es una experiencia gratificante para cualquier principiante. Son resistentes, crecen con rapidez y permiten observar toda la dinámica social de las hormigas sin complicaciones. La clave es mantenerlas siempre con agua azucarada y una fuente regular de proteína.
El 2 de junio, tras una tarde cálida, encontré una reina de Lasius niger caminando sobre la acera después de un vuelo nupcial. La capturé con cuidado y la coloqué en un tubo de ensayo clásico con agua y algodón. Lo tapé con cartulina negra para darle oscuridad.
Entrada 2 – Día 15
La reina había puesto un pequeño grupo de huevos. Como esta especie es claustral, decidí no alimentarla y dejar que utilizara sus reservas. Se mantenía muy tranquila, apenas moviéndose.
Entrada 3 – Día 30
Los huevos se transformaron en larvas. Algunas eran muy pequeñas, pero ya se veía movimiento. La reina parecía más activa, recolocando a las larvas en zonas húmedas del algodón.
Entrada 4 – Día 45 (primeras naníticas)
Nacieron dos obreras naníticas. Son diminutas y torpes, pero fue emocionante verlas alimentarse por primera vez. Les puse una gota de aguamiel en papel de aluminio y la consumieron enseguida.
Entrada 5 – Día 60
La colonia ya tenía 8 obreras. Empezaron a cuidar de los huevos y larvas con más eficiencia. Ahora sí introduje pequeñas presas: mosquitas y trozos de tenebrio. La aceptación fue buena y la reina parecía más relajada.
Entrada 6 – Día 100 (primer traslado a hormiguero pequeño)
Con unas 20 obreras, decidí conectar el tubo a un pequeño hormiguero acrílico con zona de forrajeo. En pocas horas hicieron la mudanza. Fue sorprendente cómo organizaron rápidamente la zona de cría en la parte más húmeda.
Entrada 7 – Día 150
La colonia rondaba las 50 obreras. Su organización interna era impecable: algunas se dedicaban a la cría, otras a explorar la zona de forrajeo. Les ofrecía agua con azúcar de forma continua y un par de insectos por semana.
Entrada 8 – Día 200
Ya superaban las 100 obreras. Lo interesante fue ver cómo establecieron un “basurero” dentro del área de forrajeo. Incluso retiraban restos de insectos y semillas hacia un rincón fijo.
Entrada 9 – Día 300
La colonia había crecido hasta unas 250 obreras. El espacio comenzaba a quedarse pequeño, así que conecté otro módulo. Lo aceptaron enseguida, trasladando parte de la cría a la nueva zona.
Entrada 10 – Día 365 (primer aniversario)
Un año después, la colonia ya alcanzaba más de 400 obreras. Son extremadamente fáciles de cuidar, resistentes y voraces. Se adaptan muy bien a distintos alimentos y siempre muestran actividad en la zona de forrajeo.
Reflexión final (a modo de cierre del año 1)
Criar Lasius niger es una experiencia gratificante para cualquier principiante. Son resistentes, crecen con rapidez y permiten observar toda la dinámica social de las hormigas sin complicaciones. La clave es mantenerlas siempre con agua azucarada y una fuente regular de proteína.