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Hola a todos, he visto que muchos preguntan por dónde empezar cuando uno quiere tener hormigas en casa y me animé a escribir una guía un poco más larga para los que están dando sus primeros pasos. No soy un experto profesional, pero llevo tiempo con este hobby y quiero compartir lo que a mí me ha funcionado.
Tener hormigas en casa no es simplemente meter bichos en un tarro y mirarlos, es mucho más que eso. Es ver cómo se organiza una sociedad desde cero, cómo la reina empieza sola y poco a poco salen las primeras obreras, cómo se reparten las tareas y cómo cada una cumple su rol. La verdad es que engancha mucho, porque cada día puedes descubrir algo nuevo. Además, es un hobby bastante barato y educativo, ideal si te gusta la naturaleza.
Para tener un hormiguero de verdad necesitas una reina, sin ella no hay colonia. ¿Dónde encontrarla? La manera más común es salir después de una lluvia en primavera o verano. Verás hormigas con alas volando o caminando por el suelo; esas son las princesas aladas que acaban de salir de su vuelo nupcial. Si encuentras una sin alas, probablemente ya esté fecundada y lista para fundar su colonia.
Otra opción es comprarla en tiendas especializadas, que ya venden reinas o pequeñas colonias con varias obreras. Es más caro que encontrarla tú mismo, pero te ahorra tiempo y te aseguras de que está lista para crecer.
Cuando ya tengas tu reina, lo mejor es colocarla en un tubo de ensayo. Se llena un tercio con agua, se tapa con algodón y se deja el resto del espacio para ella. Este sistema mantiene la humedad sin necesidad de estar pendiente todos los días. Muchos usamos este método porque es práctico y barato.
En esta etapa no hay que molestarlas mucho. Olvídate de estar abriendo el tubo a cada rato para ver si ya puso huevos. La reina necesita calma y oscuridad, así que lo mejor es tapar el tubo con papel de aluminio o una caja de cartón y revisarla cada semana como mucho.
Al principio la reina puede sobrevivir sola hasta que nazcan las primeras obreras, pero cuando ya tengas “nurses” (las primeras hijas pequeñas), toca darles comida.
Ellas necesitan dos cosas: azúcares y proteínas.
Cuando ya tengas unas cuantas obreras, llega el momento emocionante: mudarlas a un hormiguero. Aquí hay varias opciones:
Criar hormigas en casa es un hobby diferente, curioso y muy gratificante. Empiezas con una sola reina y, con el tiempo, tienes frente a ti una pequeña sociedad trabajando sin descanso. No hace falta gastar mucho dinero, pero sí tener paciencia y ganas de aprender. Si decides empezar, seguro te engancha tanto como a mí.
¿Por qué tener un hormiguero en casa?
Tener hormigas en casa no es simplemente meter bichos en un tarro y mirarlos, es mucho más que eso. Es ver cómo se organiza una sociedad desde cero, cómo la reina empieza sola y poco a poco salen las primeras obreras, cómo se reparten las tareas y cómo cada una cumple su rol. La verdad es que engancha mucho, porque cada día puedes descubrir algo nuevo. Además, es un hobby bastante barato y educativo, ideal si te gusta la naturaleza.
Lo primero: conseguir una reina
Para tener un hormiguero de verdad necesitas una reina, sin ella no hay colonia. ¿Dónde encontrarla? La manera más común es salir después de una lluvia en primavera o verano. Verás hormigas con alas volando o caminando por el suelo; esas son las princesas aladas que acaban de salir de su vuelo nupcial. Si encuentras una sin alas, probablemente ya esté fecundada y lista para fundar su colonia.
Otra opción es comprarla en tiendas especializadas, que ya venden reinas o pequeñas colonias con varias obreras. Es más caro que encontrarla tú mismo, pero te ahorra tiempo y te aseguras de que está lista para crecer.
Cómo empezar: el tubo de ensayo
Cuando ya tengas tu reina, lo mejor es colocarla en un tubo de ensayo. Se llena un tercio con agua, se tapa con algodón y se deja el resto del espacio para ella. Este sistema mantiene la humedad sin necesidad de estar pendiente todos los días. Muchos usamos este método porque es práctico y barato.
En esta etapa no hay que molestarlas mucho. Olvídate de estar abriendo el tubo a cada rato para ver si ya puso huevos. La reina necesita calma y oscuridad, así que lo mejor es tapar el tubo con papel de aluminio o una caja de cartón y revisarla cada semana como mucho.
La alimentación
Al principio la reina puede sobrevivir sola hasta que nazcan las primeras obreras, pero cuando ya tengas “nurses” (las primeras hijas pequeñas), toca darles comida.
Ellas necesitan dos cosas: azúcares y proteínas.
- Azúcares: agua con azúcar, agua con miel, jarabes especiales que venden para hormigas. Esto les da energía para trabajar.
- Proteínas: pequeños insectos (moscas, grillos, tenebrios) o restos de comida como pollo cocido o huevo duro. Esto es lo que permite que las larvas se conviertan en obreras.
Un consejo: siempre da comida en poca cantidad y retira lo que sobre al día siguiente. Si se queda mucho tiempo, puede aparecer moho y eso es muy malo para la colonia.
Pasar al hormiguero definitivo
Cuando ya tengas unas cuantas obreras, llega el momento emocionante: mudarlas a un hormiguero. Aquí hay varias opciones:
- De yeso: retiene muy bien la humedad, pero puede romperse si no se cuida.
- De acrílico: son muy estéticos y fáciles de limpiar, aunque no a todo el mundo le gustan.
- De arena o tierra: más naturales, pero más difíciles de mantener limpios.
Sea cual sea, siempre hay que tener una zona de forrajeo (una especie de caja externa donde pones la comida) y una zona húmeda dentro del hormiguero para que ellas decidan dónde instalarse.
Consejos prácticos que aprendí a la mala
- No te desesperes: las hormigas crecen despacio. A veces pasan semanas sin cambios visibles y es normal.
- Evita vibraciones y luz directa: no pongas el hormiguero en un sitio con mucho ruido o sol, ellas prefieren la oscuridad y la tranquilidad.
- La paciencia es tu mejor herramienta: mucha gente abandona porque quiere ver una colonia enorme al mes, y eso no pasa. Este es un hobby de años.
- No abuses con la comida: darles demasiado no las hará crecer más rápido, solo generará restos y problemas de higiene.
Conclusión
Criar hormigas en casa es un hobby diferente, curioso y muy gratificante. Empiezas con una sola reina y, con el tiempo, tienes frente a ti una pequeña sociedad trabajando sin descanso. No hace falta gastar mucho dinero, pero sí tener paciencia y ganas de aprender. Si decides empezar, seguro te engancha tanto como a mí.